En el pueblo del hombre llamado el Loco, paso algo
inusitado, el se hallaba como peleando contra si mismo y cambiaba la voz
alternativamente a la vez que en sus manos tenia, o mejor dicho,
sostenía, una mariposa blanca y en la otra mano una tijera muy filosa y
grande.
Y el Loco cambiaba de voz y así decía: " No lo hagas por favor, no lo
hagas por amor. "
Y luego cambiaba la voz, se ponía como violento y la voz decía: " Es que
tengo que hacerlo, es necesario y no vas a impedirlo, tengo que hacerlo.
"
Y luego cambiaba la voz, como tenue, como suave, y la voz decía: " Pero
¿ Por qué,? ¿ Por qué?
Y en un instante cambiaba la voz y decía: " Voy a cortar tus alas, voy a
cortarlas y despedazarlas, y no lo vas a impedir. "
Y de súbito, la voz volvía a cambiar y le decía: " ¿ Por qué lo quieres
hacer ?¿ Por qué? "
Y nuevamente cambiaba la voz, pero esta voz grave, insolente y agresiva
se torno como quejumbrosa, como voz desesperada y desolada. Y aquella
voz le dijo: " Cortare tus alas para que nadie jamás te pueda herir
nunca mas. "
Y como recuperando el sentido, con una voz muy propia, aquel hombre
llamado el Loco grito:
" ¡ Me he vuelto loco ! Me he vuelto loco como todo el supuesto
orden en esta loca humanidad. "