Había un asesino que había matado a más de siete personas, todos
habían fallecido bajo la crueldad de sus manos y de su mente pervertida.
Sin embargo ya había sido capturado, se le hizo un juicio, se le
encontró culpable y fue condenado a siete cadenas perpetuas: Una cadena
perpetúa por cada asesinato, entonces él juez le dijo: " Tú , ¿ qué
tienes que decir?." Y el condenado contestó:
" Estoy convencido que
merezco mi castigo, soy un monstruo y debo pagar por lo que

he hecho,
aunque sin embargo ya nada podré hacer. Sin embargo yo no soy el único
culpable, hay más asesinos, hay más criminales envueltos a los cuales
también tendrá que capturar y también condenar." El fiscal le dijo: "
Declara prontamente ¿cuántos son?." Y el condenado entonces contestó. "
Es cierto, hay otros cómplices, quienes son aún peor y más desalmados
que yo." El fiscal preguntó: " Dime, ¿ cuántos son? ¿dime cuáles son sus
nombres y donde los puedo encontrar?"
Y él contestó: " Son muchos,
demasiados, tantos que yo no los puedo ni contar, sus nombres son muchos
y están en todas partes inclusive aquí también están." El fiscal le dijo: "
Pero ¿cómo ? tú quieres decir que es una banda muy organizada , quizás
una banda internacional.?" Y el condenado contestó: " Es cierto, están
en todas partes en muchísimos lugares, y ocupan además posiciones
importantes, siempre están en todo lugar acechando y perpetuando todos y
cada uno de los crímenes.
Es más, yo reconozco que soy la mano
criminal, pero ellos son las mentes, son en
verdad los jueces, autores
intelectuales de cada uno de mis fechorías.Yo quiero declarar para que
todos y cada uno de ellos sean capturados y debidamente procesados." El
fiscal levantó la voz, diciendo: " Di finalmente ¿dónde están, no te
estarás burlando?" Y el condenado contestó:
" Yo no me estoy burlando, yo mismo siento desprecio por mí, y por
todos éstos.
Ellos son muchos, demasiados y están en todo lugar, yo los
conozco desde hace mucho tiempo, ellos me enseñaron todo mal, y por eso
me repudio y no quiero dar una excusa o una tonta explicación, pero si
yo no los hubiese conocido seguro que nada de esto hubiese sucedido." El
fiscal replicó: " ¿Qué fue lo que te enseñaron? y finalmente ¿ dime
cuáles son los nombre de estos criminales?" A lo que el condenado
finalmente respondió..
"El nombre de esta banda se llama: "La mayoría de
la humanidad" Y no fue tan solo
lo que me enseñaron, sino también lo que
menos me enseñaron; a mí jamás me
enseñaron a amar. Me dieron desprecio,
violencia, agresividad, y por eso prometí vengarme; con esa venganza me
hundí, porque quise acabar con todos, pero todos eran la mayoría de la
humanidad. Yo me recuerdo frágil e inocente y recuerdo sus golpes, sus
maltratos, y en cada golpe y en cada maltrato yo aprendí cada vez más
del mal. Más sin embargo, ahora sé que nada aprendí y que el mismo mal
ya hace muchos años me había destruido."
Así es juez, son muchos, tienen
muchos nombres, están en todo lugar y tienen una
mascara de bondad, pero
todo es apariencia, pues cada uno de estos es un jefe criminal que
entrenará a una perpetua maldición. Así como lo que soy yo, un niño que
en su momento fue una víctima y se convirtió después en victimario.
Haced pues señor juez ,cárceles más grandes y encerradlos a todos,
encerrad al mundo entero y proteged al inocente." A lo que el juez no
pudo contestar, más una lágrima corrio por su mejilla, al igual que a
muchos del auditorio; porque en aquella condena todos debían de
participar y de aquellas muertes muchos también eran culpables.
Hasta cuando, hasta cuando seguiremos siendo la causa terrible de los
criminales más espantosos? Es mejor a un niño darle amor, para evitar el
dia de mañana siendo hombre darle cadena perpetua.